Carolina
Digo mi nombre en alto y me cuesta reconocerme en él. No es que no me guste, pero siento que no es el mÃo, que se trata del de alguien más. Toda la vida me han llamado Carito, y en cierta época, yo también me llamaba asÃ. "¿Que tal?, soy Samuel. Hola, soy Carito".
Mucha gente no relaciona a Carito con Carolina, piensan que son dos nombres completamente distintos. Mucha gente cree que es de niña pequeña y decirlo minimiza, incluso me preguntan si me molesta. A otros en cambio les divierte, les recuerda al dinero."Es Carito, pero vale la pena".
Ya no me llamo asÃ, ahora soy Carolina, aunque no me reconozca en él. Pienso, ¿si abandoné a Carito desde que me dijeron lo del diminutivo? Y quizás si.
Lo cierto es que soy ambas y sin duda soy muchas cosas más. Yo hago al nombre y no el nombre me hace a mi. Soy hija, hermana, amiga, terca, cariñosa, sensible, caótica, laboriosa y valiente.
Y quizás empiezo por mi nombre, porque es por donde se suele empezar. Hoy precisamente tengo ganas de ser Carito, la gran Carito.