top of page

Recuerdos de La Calavera

Hace poco me encontré con una amiga del colegio que no veía hace más de 5 años. Después de las sonrisas, abrazos y una verdadera alegría por verla, me mira de pies a cabeza y me dice que ya mismo vuelo; sí, que cada vez estoy más flaca, e incluso llega aún más lejos y se toma la molestia de tomar mi muñeca y medirla con admiración. Yo la miro, devolviéndole su sonrisa, mientras tengo muchas ganas de decirle que no es que yo esté más flaca, es que a lo mejor ella está más gorda. Pero me callo. No le puedes decir a una gorda, lo gorda que está, ni mucho menos pararte a medir el tamaño de su panza.

Así que le contesté la verdad, le contesté - sin perder la sonrisa por supuesto - que estoy como siempre. Lo cierto es que desde mi tardía pubertad al día de hoy, he tenido siempre el mismo peso; un peso de mierda, aunque mi médico me asegure que estoy muy sana. Redondeando y con suerte llego a los 45 kilos.

He vivido con este cuerpo toda mi vida y sería una mentira decir que siempre estuve conforme. Cuando era niña mi madre me alimentaba más de cinco veces al día, mientras un primo me llamaba “La Calavera”; de puber tenía que comprar mi ropa en la sección de niños y rellenarme con trapos el sostén; de adolescente me ponía una lycra debajo de los jeans, hasta que los cambié por unos calzones con aumento; y finalmente cuando era universitaria, me canse de esperar a que me crezcan las tetas, y decidí que me las tenía que poner. Quizás ahí terminó el complejo, o quizás solo fue que maduré.

Estoy segura que las gordas tendrán sus propias y trágicas historias, pero lo cierto es que sus recuerdos y complejos, no hacen desaparecer los míos. Sí, de eso va el artículo, del Body Shaming. Ese que afortunadamente la sociedad ha aprendido ha reprobar cuando se trata de gente gorda, pero que lamentablemente no aplica para el mundo de las flacas. Si hiciéramos un estudio de los mensajes hirientes que la distancia y a veces el anonimato de las redes sociales trae consigo, veríamos que actualmente la mayoría están dirigidos a personas con una gran delgadez.

Es cierto que hay que estar atentos de esa falsa imagen de mujer perfecta que proyectan las revistas y el entretenimiento; pero creer que todas las mujeres llamativamente flacas están así porque son anoréxicas, enfermas o trastornadas, es creer que todas las gordas son gordas por vagas y golosas. Y no estoy hablando de los casos donde realmente existe un problema de salud, estoy hablando de los casos donde no existe ninguno, pero la gente termina creando uno. Que finalmente la sociedad real y mercantil haya recapacitado y aprenda a apreciar a la mujer con curvas, no quiere decir que tiene el derecho de ofender a las que nacieron sin ellas. El bullying es bullying, sin importar si uno es gordo o no.

Hace poco vi en Twitter el ataque de los usuarios sobre una joven actriz muy delgada, comparándola en imágenes con un esqueleto y acusándola fuertemente de fomentar la anorexia. No me sorprende el hecho de que un grupo de tarados y desocupados se tomen la molestia de burlarse de una persona por su cuerpo en las redes; me sorprende la impunidad con la que lo hacen y principalmente la indiferencia del resto de la gente ante el hecho. Estoy segura que si se tratara de una gorda muy famosa junto a la foto de un mamut, y los comentarios fueran pidiendo que pare por favor con los chinchulines, hubiera mucha gente ofendida por el rechazo y saliera hasta en televisión.

Tampoco me quiero victimizar, ni salir a liderar una campaña en contra de la obesidad; seguro que ya tiene suficientes voceros. Después de muchos complejos y errores cometidos, creo finalmente que la idea de aceptar tu cuerpo, tal y como es, es muy importante; como también es importante la idea de una vida saludable, las dos cosas no se contradicen entre sí. Y así como existen jóvenes gordas y sanas, existen otras flacas que tampoco quieren escuchar los comentarios de la sociedad sobre su cuerpo y talla. Y si algunas de ellas, sí que tuviera un problema de verdad, creeme que tu “comedido” comentario, no es el que la va a salvar. Así que, por favor, ahorrémonos el dedo acusador.


Entradas destacadas
Vuelve pronto
Una vez que se publiquen entradas, las verás aquí.
Entradas recientes
Archivo
Buscar por tags
No hay tags aún.
Síguenos
  • Facebook Basic Square
  • Twitter Basic Square
  • Google+ Basic Square
bottom of page